El faro astorgano, 26, marzo 2015
EL SACERDOTE
EL SACERDOTE
Y LA ESTUDIANTE
Juan José Alonso Perandones
En 1977 ya solo se editaba en la
ciudad El Pensamiento Astorgano, cuya
cabecera había sido adquirida por el empresario, de raigambre empresarial en la
ciudad, Felipe García. El director efectivo era Paulino Sutil y como honorario
constaba también Magín G. Revillo. Es nuestro periódico de la época de la Transición y en él se
recogen, con bastante libertad y altura de miras, el despertar democrático de
la ciudad y los problemas más candentes; en formato más reducido que el anterior, pero rico en
contenido y con un diseño acorde con los
nuevos tiempos. Con el catálogo Imágenes
de la Transición ,
de Núñez & Núñez, coordinado por Amando Casado y editado por el Ayuntamiento (en 2010), contamos, afortunadamente, con dos testimonios
de gran interés para el conocimiento de nuestra historia más contemporánea, tan
desconocida por las generaciones más jóvenes.
Temas de gran enjundia ocupan las principales páginas: la muralla y su
estado, con parte de ella derruida en la zona cercana a la Sección Delegada del Instituto,
la situación del viejo matadero en Puerta de Rey, el deseo de contar con un
polígono industrial; hay sectores en pie de guerra por la tramitación de declaración
de la ciudad como Conjunto Histórico Artístico y la redacción de un Plan
General de Urbanismo. El traslado del director del Instituto a Orense, Pérez
Barreiro, como delegado de Educación, y un homenaje, en calidad de jubilado, al
que fuera Jefe de Estudios, Abelardo San Román, cerrarán una época del centro
educativo más importante de la ciudad, regido por estos dos sacerdotes. Es una
ciudad que bulle estos primeros meses de 1977 y aspira a nuevos tiempos, y lo
que en su momento pudo resultar sorprendente, la aparición en El Pensamiento del Martes Santo, cinco de abril, de una página
con poemas, de don Bernardo Velado, y
una ilustración con diseño de cómic, de la joven estudiante de COU, Yolanda Cordero, hoy es totalmente
comprensible.
Don Bernardo (permítaseme este tratamiento, pues en mí era habitual, sin
demérito para nadie) fue hasta el final de sus días en aquella planicie desolada de Majadahonda (al menos así percibimos
Miguel Pérez y yo aquel Hogar Mosén Sol) un sacerdote firme en su credo, con
gran formación litúrgica, y abierto a los valores jóvenes. Bien lo demostró con
los “chicos” de Imagen Mas, cuando aún eran promesa y no realidad tan acreditada
como desde hace años han llegado a
ser, pues tuvieron en él una suerte de aval
y de mentor en los pasados años ochenta. Hoy, Yolanda Cordero es una solvente
arquitecta, con obra en la ciudad, en la ampliación del cementerio, en el nuevo
edificio social en ejecución frente al ayuntamiento… Esta página de El Pensamiento es una apuesta por la
frescura, a fin de cuentas don Bernardo era, siempre fue, un reconocido
humanista, mientras que la joven estudiante, aunque ya con dibujos meritorios,
se mostraba como una promesa en ciernes.
Son las suyas unas viñetas de trazos apresurados, que ilustran quince breves poemas por los que discurren, en
versos de desigual fortuna, las procesiones de nuestra Semana Santa, con una
atención específica a Cañinas: “La coronación de espinas / pone en contraste de
luz / la inocencia de Jesús, / la malicia de Cañiñas”, versifica don Bernardo
de este personaje esculpido por Francisco López para la burla y la chanza.
En aquella Astorga agitada, que se organizaba en asociaciones
reivindicativas, que se planteaba cuestiones de fondo para el futuro de la
ciudad, esta página del sacerdote y la estudiante es como un paréntesis, como
una invitación a la calma, a la integración de nuevas generaciones en las
tradiciones esenciales de la ciudad, esas que imprimen carácter y forjan esa
esencia, indescriptible, pero sustanciosa en sus habitantes.