jueves, 26 de febrero de 2015


CONOCER  LO NUESTRO, CONOCER EL MUNDO





  En el ámbito de las jornadas dedicadas a la querida periodista Maite Almanza,  tuvo lugar en la Biblioteca, este miércoles, 25, una conferencia de Juan Carlos Pérez, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, cuya sede, con respeto rehabilitada, se halla en el antiguo convento de las Siervas de María.
   El gran acierto de su disertación  fue delimitar cuál es el principio fundamental de la Asociación, tanto en sus actividades como en el propio servicio de su albergue, que no es, evidentemente, primordialmente un fin turístico, aunque  la peregrinación depare beneficio económico; lo esencial, pues, es el verdadero sentido de la hospitalidad, que no se genera por campañas promocionales, por ayudas institucionales, sino por  la atención franca y profunda, desinteresada,   que el peregrino recibe en su personal  andadura; ese fue el santo y seña del gran “resucitador” del Camino, el párroco Elías Valiña. Si este "Itinerario" es hoy una senda de relación religiosa y cultural internacional, lo es porque los peregrinos han actuado en los cinco continentes como embajadores en su entorno de una experiencia singular, y porque han cuajado una posterior colaboración para facilitar, incluso desde lugares remotos, el llegar hasta el propio Camino.
   
   Otro apartado importante de tan interesante conferencia (en la que se abordó también la perspectiva histórica) fue la intensa relación que la Asociación astorgana mantiene con otras diseminadas por los demás continentes, así como la estancia en  nuestra ciudad de hospitaleros de diversos países y lenguas. Fue en este relato, acompañado de imágenes (así fue durante toda la charla)  donde uno llega a comprender mejor cómo Astorga tiene esa vocación universal desde sus orígenes y que se mantiene porque la cuidan y promocionan algunos de sus habitantes. Merece la pena acercarse al albergue de las Siervas para conocer el mundo. 


jueves, 12 de febrero de 2015


MARINO AMAYA,  

ESCULTOR ASTORGANO      






La obra de Marino Amaya nos acompaña en  la ciudad, pues la Inmaculada de la plaza Obispo Marcelo, la que se encuentra  dentro de un claustro del Seminario, la escultura de Leopoldo Panero, una terracota, “Niña con cántaro”,  que está posada en una estantería de la Biblioteca,  y tres obras más que se hallan en el Palacio de Gaudí, son creación suya. 
  Marino Amaya fue un niño pobre, que nació en 1928  al lado de la iglesia de Puerta de Rey, de padre ayudante de fogonero (de aquellas máquinas de vapor de la Vía del Oeste, la que iba de Astorga a Plasencia); su temprana muerte  hizo que volviera de Medina del Campo a Astorga;  finalmente, después  de penalidades logra “triunfar” con sus esculturas en España, Europa, América, Arabia… Sus últimos años son una peripecia de abstracción, de alejamiento en una  parcela de Ojén (Málaga) con sus perros y sus visiones. Falleció el pasado tres de noviembre de 2014.
    La obra de Amaya que disfrutamos en Astorga es, podemos decir, la más clásica,  con temas que, bien sea por encargo o por donación suya, están seleccionados para no incomodar a parte de  la sociedad astorgana de otro tiempo. Así, por ejemplo, llaman  la atención las primeras esculturas que elige para una exposición en el ayuntamiento en 1954, cuando ha obtenido sus primeros triunfos con desnudos; o que a la hora de donar obra para la planta última del Palacio de Gaudí no entregue ninguna muestra de su época más vanguardista, la cual, a mi parecer, es la más interesante (esas siluetas en bronce sin devastar, de músicos, mendigos, personajes desolados…, y que se encuentran en EEUU o en varios países de Europa).

   Para dar a conocer qué hizo posible el que nuestra ciudad cuente actualmente con siete obras de este escultor  y con qué actos celebraron los astorganos la colocación de algunas de ellas, he publicado en el periódico local, El Faro Astorgano, cuatro artículos. Quizás sean de contenido excesivo para la pantalla, pero si alguien está interesado puede elegir aquel que más le interese: o bien  una visión de su obra y el papel de Pilar Sánchez, la esposa que lo acompañó en los actos de nuestra  ciudad, o seleccionar el texto correspondiente a algunas de sus creaciones concretas. Esa es la razón por la que reproduzco aquí los cuatro artículos. Por otra parte, aporto una relación de toda su obra en Astorga;  y una mínima selección del resto, la  que me parece puede ejemplificar sus grandes temas: los niños, la maternidad, las artes, la desolación… 



















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OBRA DE MARINO AMAYA EN ASTORGA: INMACULADAS (EN LA PLAZA DEL SEMINARIO Y EN UN CLAUSTRO DEL MISMO), ESTATUA LEOPOLDO PANERO, TERRACOTA "NIÑA CON CÁNTARO". EN EL PALACIO DE GAUDÍ: ESCULTURA DE BRONCE, "REPOSO",  Y DOS CUADROS.

















































OBRAS DE MARINO AMAYA EN EL PALACIO DE GAUDÍ, PLANTA ÚLTIMA





























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SELECCIÓN DE OBRAS DE MARINO AMAYA  QUE SE ENCUENTRAN EN DIVERSOS PAÍSES, EXTRAÍDAS DEL CATÁLOGO, GRÁFICAS MARTE, 1982. FOTOS: BORGA